Si tenemos presente que se estima que el 19 % de las emisiones de gases contaminantes las producimos en nuestros hogares, parece claro que debemos tratar de enmendarlos para tratar de reducirlas al máximo. Pero no solo con hogares más eficientes, sino también con unas casas más respetuosas con el entorno. En definitiva, ¿qué es la construcción sostenible?
El objetivo es lograr levantar edificios (ya sean desarrollados por cooperativas o promotoras) que cuiden el medio ambiente usando de una manera eficiente los recursos y sin comprometer el futuro de las próximas generaciones. Para ello se busca reciclar materiales, reutilizar y emplear aquellos que resulten menos contaminantes, además de ofrecer un fácil reciclado en cuanto concluya su vida útil.
Tampoco podemos olvidar que la Unión Europea quiere incentivar esta clase de edificación con su Directiva de Eficiencia Energética de Edificios (2010/31/EC) en la que se pretende levantar edificios de consumo casi nulo y mejorar la calidad de vida de las personas que los habitan. Vamos a ver a continuación cómo pretende conseguirlo.
Estos deben generar las mínimas emisiones posibles, tanto en su fabricación como en su transporte. Además, se pueden emplear materiales biodegradables o que puedan integrarse en una economía circular como los siguientes:
Por supuesto, no solo se recurre a los materiales tradicionalmente sostenibles que nos brinda la naturaleza, sino también a otros más innovadores como bioplásticos, e incluso autorreparables, como el hormigón bacteriano, capaz de regenerarse y cubrir sus propias grietas.
Otro aspecto fundamental es la necesidad de que estas nuevas construcciones apenas consuman energía, lo que solventan con la inclusión de sistemas de autoconsumo, como energía solar o geotérmica, entre otros.
En este tipo de construcción se debe evitar la destrucción del paisaje, el agotamiento de las fuentes de agua y aprovechar de la mejor forma posible el suelo.
Aunque el certificado BREEAM nació en 1990, es ahora cuando más popularidad está ganando, pues cada vez más viviendas se construyen teniendo presentes sus parámetros. En concreto, los edificios deben cumplir con diez categorías para poder obtener uno de los certificados más ambiciosos del mundo en materia de construcción:
Quizás te interese saber que muchos de nuestros edificios ostentan esta distinción, como el residencial Marvá 3, en Alicante, que fue nuestro primer proyecto en conseguirla, o, más recientemente, nuestro residencial Nolita, en Valladolid, The Kube, en Tarragona o Waves, en Calafell. Sin olvidar el residencial Brava, bajo la firma de Ricardo Bofill.
Como habrás visto, poco a poco, el sistema tradicional de construcción va evolucionando y avanzando hacia un horizonte de sostenibilidad. Un escenario imprescindible, no solo en cuanto a la optimización de los recursos, sino también para luchar contra el cambio climático y preservar los espacios naturales.