La obtención del certificado BREEAM no es un simple trámite más en el proceso de construcción. Al contrario, supone un nivel de exigencia que afecta a cada fase del proyecto, desde su planteamiento hasta su finalización. Todo debe diseñarse con el objetivo de superar un análisis exhaustivo que afecta a diez categorías: gestión, salud y bienestar, energía, transporte, agua, materiales, residuos, uso ecológico del suelo, contaminación e innovación. Como ves, no queda nada al azar, ni siquiera el mantenimiento del edificio una vez terminado.
Seguramente por eso, proyectos como el Stadskantoor del estudio OMA, el complejo Hermitage Plaza de Foster+Partners, o las Oficinas Portuarias de Amberes de Zaha Hadid son buenos ejemplos del nivel que requieren los estándares de BREEAM.
Si no es tu primera vez en nuestro blog, ya habrás visto que reivindicamos la arquitectura sostenible como la única opción viable, a no ser que queramos mudarnos de planeta. Desde las pioneras passivhaus hasta Marvà 3 ha pasado mucho tiempo, pero el espíritu es el mismo. Un edificio sostenible no solo es ecofriendly, también es mejor desde el punto de vista económico, social y cultural.
No obstante, es cierto que, dada la alta calidad de los materiales que empleamos, la apuesta por la sostenibilidad incrementa nuestro presupuesto entre un 5 y un 10%. Pero, en cualquier caso, se trata de un sobrecoste que no soporta el cliente y que asumimos convencidos de sus beneficios. Unos beneficios que se traducen en un ahorro energético que va del 50% al 70%, un consumo de agua hasta un 40% menor y una reducción en gastos de mantenimiento de entre el 7 y el 8%.
Esos porcentajes, que repercuten positivamente en el medioambiente, también suponen un incremento de la calidad de vida, ya que el aislamiento, la calidad del aire, la iluminación, la orientación y otros muchos factores analizados por BREEAM inciden directamente en el día a día de nuestros clientes. Por eso queremos visibilizar este aspecto de nuestra filosofía de empresa, porque creemos que forma parte de un cambio cultural indispensable en el mercado inmobiliario. Un cambio de conciencia que debe promover el uso de materiales ecológicos y sensibilizar a la sociedad sobre cómo la arquitectura sostenible ayuda a luchar contra el cambio climático.
O mejor dicho: el primero de todos. Porque todos nuestros edificios contarán con el certificado. Esa es nuestra meta y para ello planificamos al milímetro todas las etapas del diseño y la ejecución de nuestros residenciales. Como has podido comprobar, no se trata de una tarea sencilla. Al igual que todas las cosas importantes, exige dedicación y esfuerzo. Algo que conoce muy bien Jesús Gallego, arquitecto de Marvà 3 y de Nature, nuestros dos proyectos en Alicante.
Su filosofía de ciudad vertical, densa, pero cubierta de naturaleza y libre de coches coincide plenamente con el concepto de urbanismo que siempre hemos defendido. Por ello, también hacemos nuestras sus dos premisas para llegar a verlo materializado: adaptación y sostenibilidad.
En este post, Gallego nos desvelaba el papel que la pasión por la arquitectura había tenido en su carrera. Ahora entendemos mejor que nunca esa certeza de que la ciudad utópica es la única realidad posible. Medioambientalmente, culturalmente y socialmente no cabe otra posibilidad. Los tiempos lo reclaman y el certificado BREEAM forma parte de esa exigencia. Para nosotros ya no es una opción, no es algo que tendrán las casas del futuro, porque las casas del futuro ya están aquí. Las estamos construyendo en este mismo momento.
Photos: Kronos Homes