La fotografía siempre ha mantenido una estrecha relación con el concepto de alma. Muchas tribus siguen rechazando posar delante del objetivo, temerosas de que la instantánea se lleve algo de ellos tras de sí. Quizás sea porque siempre se ha dicho que los buenos fotógrafos son capaces de captar el alma de las personas, de plasmar en imagen lo que se oculta tras la apariencia. Pues bien, nosotros creemos que la buena fotografía puede hacer exactamente lo mismo con la arquitectura. Una imagen desde el ángulo preciso, con la luz y el encuadre adecuados, puede transmitir mucho más que el propio edificio visto directamente a través de nuestros ojos.
A continuación, te proponemos un viaje por las curiosidades que esconde una relación tan íntima como pública: la fotografía de arquitectura.
Desde hace unos años, nos hemos acostumbrado a recreaciones digitales prácticamente indistinguibles de la realidad. Podemos ver el exterior en su contexto real y el interior, ya con sus muebles y con la luz entrando por las ventanas; luz de mañana o de tarde, siguiendo la orientación precisa de cada habitación. Sin embargo, no hace tanto que la fotografía de maquetas era la única manera de hacernos una idea de cómo sería el edificio en tres dimensiones: cómo funcionarían sus volúmenes a la luz del sol, cómo serían sus proporciones y la perspectiva desde los distintos ángulos. En fin, todo un arte. De hecho, el pasado febrero, el Museo ICO de Madrid programó la exposición Cámara y modelo: fotografía de maquetas de arquitectura en España: 1925-1970. Aunque ya no lleguemos a visitarla, siempre podremos recurrir a su libro homónimo, en donde encontraremos una fantástica colección de fotografías de maquetas que llegaron a construirse… y otras que no.
El binomio de arquitectura y fotografía va más allá de lo útil; es una disciplina artística en sí misma. Hoy en día, junto a categorías tan representativas como el retrato o la fotografía de naturaleza, la fotografía de arquitectura brilla con luz propia en los concursos más prestigiosos del mundo. No obstante, gracias a la alta especialización de algunos fotógrafos, hemos podido ver cómo han surgido concursos específicos en los que el nivel de los participantes hace muy difícil escoger un único ganador. Si te interesa, te recomendamos echar un vistazo a los finalistas del The Art of Building, cuyo último premiado, Roman Robroek, ya había demostrado su habilidad para captar el ambiente de sus desolados escenarios de arquitectura abandonada. También merecen una especial atención el Arcaid Images Architectural Photography Award, que destaca con su categoría Sense of Place, y el “Architekturbild” European Architectural Photography Prize. En nuestro país, merecen nuestra atención el concurso organizado por el Colegio Oficial de Arquitectos de Huelva y el Mirar la arquitectura, del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro.
La fotografía de arquitectura vive una época de oro en la red social de moda. A través de perfiles como el nuestro, podrás entender por qué grandes empresas como Apple y Sony premian imágenes de arquitectura en sus concursos de fotografía. Te invitamos a echar un vistazo a los perfiles de Carlos Copertone, Mattias Hedierich, o Fran Parente. También puedes acercarte a Altea, buscar la Muralla Roja de Bofill y contribuir a que siga siendo el edificio preferido de los instagramers españoles.