Recomendaciones para decorar una casa de playa

Una casa de playa ha de ser práctica y bonita, pero también debe ser acogedora y transmitir el encanto del mar.. Aunque es cierto que cada persona tiene unos gustos, hay una serie de consejos que nunca fallan en estos ambientes playeros. Vamos a desgranar algunos de los imprescindibles.

Colores claros

Los colores claros reinan en el salón y se cuelan también en los dormitorios, los baños y la cocina. Es la hora de la luz y los colores deben ir en sintonía: blancos, azules, verdes… Y, además, todos ellos quedarán perfectos combinados con muebles de materiales naturales como la madera, el mimbre, la rafia, el yute o el lino, entre otros.

Elementos náuticos

Puede sonar a cliché, pero es un clásico imperecedero. Tampoco hace falta que conviertas tu apartamento en un pequeño barco pesquero amarrado a tierra firme, pero sí que puedes integrar piezas como un móvil de conchas marinas y caracolas, un viejo timón, maquetas de barco, estampados de peces de colores, un papel pintado con las características líneas azules y blancas o un coqueto sofá tapizado de un azul empolvado, entre muchos otros motivos marineros. Eso sí ¡no todo a la vez, por favor!

Fusiona espacios

En las casas de playa nadie estudia ni trabaja, o al menos así sucede en la mayoría de ocasiones. Por lo tanto, anímate a prescindir de todos aquellos muros de separación que sean innecesarios y hazte con un espacio diáfano y amplio en el que toda la familia pueda sentarse a disfrutar de su mutua compañía.

Economiza en muebles

Nadie quiere acabar limpiando de más, sobre todo durante sus vacaciones. Para evitarlo, olvídate de todos aquellos muebles que no cumplan una función. Así dispondrás de más espacio y te resultará mucho más fácil de mantener en perfecto estado de revista.

Además, los muebles sencillos y sin complicaciones son los que mejor quedan en estas viviendas.

¡Atención a las paredes!

No conviene excederse con la decoración de las paredes, sobre todo hay que huir de colocar cuadros y láminas que pueden acabar decolorándose a causa de la exposición directa al sol del verano. En su lugar, es mejor optar por pequeños detalles artesanales, como sombreros de paja, platos de cerámica decorada, macetas, antigüedades de la zona…

Las alfombras también son para el verano

Lucen de maravilla y encajan a la perfección en cualquier ambiente: alfombras de yute, de algodón, de esparto… Te encantará verlas en el salón, en la entrada o a los pies de tu cama. 

Una terraza tan bonita como el paisaje

No se puede concebir una casa en la playa sin su correspondiente terraza. Esa pequeña parcela al aire libre debe condensar lo mejor de la vivienda, pues será ahí donde disfrutaremos de veladas familiares o con los amigos, especialmente al caer la tarde que es cuando el ambiente se refresca y apetece disfrutar de la noche veraniega. 

Lo más práctico es elegir mesas y sillas plegables que pueden guardarse con comodidad al concluir la temporada, aunque es cierto que los sillones y sofás de mimbre o madera (debidamente pintada y protegida para resistir las inclemencias meteorológicas) nos tientan.

Por último, elijas los muebles que elijas, no te olvides de colocar macetas y plantas, además de unos buenos toldos para sombrear el espacio y ayudar a mantener la temperatura interior lo más baja posible.

Una cocina en el exterior

¿Qué te parecería cocinar al aire libre? Si cuentas con espacio para ello, ríndete a la tentación de reservar una zona para preparar tus platos más veraniegos e incluso una barbacoa. Las cocinas al aire libre se han puesto de moda y ¡con razón! Ya verás qué partido le sacas durante el verano. 

Un armario para guardar todos los bártulos playeros

Te recomendamos que instales un armario a la salida de la vivienda para albergar todos los objetos necesarios para un día de playa. La sombrilla, las toallas, las cremas protectoras, las gafas de buceo, o el cubo de playa y juguetes de los más pequeños. De esta manera, siempre estarán listos para tus entradas y salidas. ¡Ah! también un perchero a la entrada puede serte de ayuda para colgar bolsos, sombreros, pamelas... 

Rodéate de plantas

Los elementos florales y la vegetación son muy recomendables por su capacidad para refrescar el ambiente e incorporar la naturaleza a nuestra decoración estival: gerberas, begonias, petunias, pensamientos, prímulas… Disfruta de su presencia y de su fragancia. Los ramos de flores también aportan al hogar aromas a campo, así que no dudes en hacerte con un bonito jarrón que puedes colocar presidiendo un aparador o una mesa de centro.

Tampoco puedes olvidarte de agregar plantas aromáticas en tu jardín como tomillo, romero, albahaca, menta o jazmín. Su aroma es verano en estado puro. 

¿Ventiladores en el techo?

La brisa marina alivia en parte la canícula veraniega, pero nunca viene mal instalar unos ventiladores de techo para mover el aire y bajar la temperatura. Además de ser de gran utilidad para combatir el calor, resultan muy estéticos y decorativos. De hecho, en el mercado encontramos modelos con bonitos diseños que se adaptan a cualquier estilo: con aspas de madera, de metal, de plástico, de mimbre, con luz incorporada, blancos y minimalistas… Las posibilidades son infinitas.

Preparada para recibir invitados

Nos encanta acoger amigos y familiares en nuestra casa de verano, pero para ello tendrás que armarte con todo lo necesario; es decir, sofás cama, literas y camas supletorias que aparecen por arte de magia. Es verdad que, en el pasado, sus diseños no eran precisamente agraciados, pero, al igual que con los ventiladores, te animamos a reconsiderar tus prejuicios. Seguro que encuentras justo lo que andabas buscando.