Una fachada es mucho más que la cara de nuestra casa, ya que, aunque a veces se nos olvide, su principal misión es aislar y proteger el interior de las inclemencias del clima. Aspectos como sus materiales, su inercia térmica, sus cerramientos, o sus voladizos son esenciales para el confort de nuestra vivienda. Por ello, en este artículo, vamos a repasar los tipos de fachadas para casas más habituales.
Vale, no parece la pregunta más complicada del mundo, pero, por aquello de empezar por el principio, diremos que la fachada la componen los muros de un edificio que tienen contacto con el ambiente exterior.
Y, más allá de lo obvio, cabe destacar la fachada por su carácter representativo, puesto que es lo que identifica un edificio; su personalidad, su estilo y, en muchas ocasiones, su calidad arquitectónica y de ejecución. En consecuencia, no debe extrañarnos que sea también uno de los elementos más costosos de una construcción,ya que, al diseño, se suman sus funciones constructivas:
Desde las más tradicionales hasta las más vanguardistas, todas tienen sus ventajas y sus inconvenientes:
Todos ellos llevan muchos años usándose en las fachadas y, por lo tanto, se han ganado el calificativo de tradicionales. Algunos como la madera, requieren tratamientos específicos y un mantenimiento cuidadoso para resistir las inclemencias del tiempo, a pesar de que es un fantástico aislante térmico y acústico. Otros, como la piedra, son muy caros y su instalación es muy compleja, mientras que la cerámica, en forma de ladrillo, ha evolucionado y se ha consolidado como una opción que nunca pasa de moda.
Son de las más comunes en España, pues sobresalen por su gran resistencia y su fácil mantenimiento, a lo que se suma sus buenas cualidades aislantes, siempre que se construya con cámara de aire. Y, si hablamos de ladrillo visto, no podemos olvidar las fachadas de ladrillo rojo madrileño, con sus características cenefas y sus intrincados diseños, sobre todo en los edificios neomudéjares, como Las Ventas, o la casa de don Francisco Mestre.
Están ganando presencia por su eficiencia en el uso de los materiales, por la posibilidad de establecer un control de calidad previo a la instalación y por su capacidad para acortar los plazos de ejecución. Además son mucho más sostenibles, ya que optimizan los viajes a la obra y, a la hora de instalarlas, su ensamblaje es perfecto, lo que redunda en la eficiencia energética del edificio.
La idea es crear una piel exterior que permite la circulación del aire entre ella y la propia fachada, lo que le permite evacuar el calor y que no llegue a acumularse en los muros. Una opción muy a tener en cuenta, sobre todo en orientaciones con mucho soleamiento y en zonas calurosas, en las que este sistema nos ahorrará muchas horas de aire acondicionado.
Este tipo de fachadas consisten en la instalación de placas de material aislante protegidas por un mortero que se fijan al muro de soporte en la envolvente del edificio. El acabado dependerá de la estética, pero suelen emplearse materiales como el poliestireno expandido, extruido, el poliestireno expandido gráfico y la lana mineral. Sin duda, permite ganar en eficiencia y ahorro energético, pero su considerable coste inicial suele ser un obstáculo para las comunidades de vecinos.
Se fabrican a partir de materiales como el vidrio, el metal, las celosías de polímeros, las cancelerías de aluminio o las estructuras de fibras minerales, entre otras muchas opciones. Uno de sus puntos fuertes es que estas estructuras recubiertas con materiales livianos pueden colocarse fácilmente y aíslan la fachada del clima o incluso del ruido procedente del exterior.
Mención especial merecen las casas sostenibles, cuyas soluciones son cada vez más habituales y eficaces. A este respecto, conviene recordar que se están desarrollando nuevos materiales y tecnologías para estandarizar una arquitectura respetuosa con el entorno y, con ella, la bioconstrucción se consolida como una alternativa cada vez más real a los métodos y materiales tradicionales.
En esta línea, podemos señalar las siguientes novedades en cuanto a fachadas:
No queremos terminar este artículo sin proporcionar antes unas recomendaciones a la hora de decantarnos por una u otra opción. Tenerlas en cuenta nos ayudará a acertar. Te las detallamos a continuación:
Ahora que ya sabes un poco más sobre las múltiples posibilidades que ofrece una fachada, estamos seguros de que podrás ver más allá de la superficie… Literalmente.