En España nos encantan las segundas viviendas. Así lo corrobora una reciente encuesta del Banco Central Europeo (BCE), que afirma que los españoles son los ciudadanos de la Unión Europea que más casas de vacaciones poseen. Dicho todo esto, sobre todo en estas fechas tan veraniegas, es posible que más de uno esté barajando tal opción. Si es tu caso, te conviene saber qué gastos de compra y mantenimiento comporta una segunda vivienda.
Algunos escogen el mar, otros la montaña e incluso su pueblo de origen, pero todos –como decíamos– tienen una serie de características comunes que te interesa conocer y que explicamos a continuación.
De esta manera, al gasto inicial de solicitud de una hipoteca, con el correspondiente pago de una cuota mensual, debemos agregar los siguientes. Tenlos muy presentes si no quieres que tus finanzas personales se desbaraten al adquirir una segunda residencia.
Además de los gastos de hipoteca, al comprar una casa tendremos que hacer frente a los siguientes aspectos:
Pero suele suceder que tendemos a olvidar que toda vivienda requiere un mantenimiento que, en consecuencia, supondrá un importante desembolso económico. Los detallamos a continuación:
El IBI es un gravamen de carácter municipal y se paga con carácter anual. Su importe se suele situar entre el 0,4 y el 1,1 % del valor catastral de la finca. Además, es perfectamente posible que supere el que pagamos por nuestra vivienda habitual, ya que esta última puede gozar de una exención por esta circunstancia.
Si esta segunda vivienda cuenta con piscina y zonas comunes ajardinadas nos enfrentamos a unos gastos de comunidad que pueden ser bastante elevados, incluso más que los que abonamos por nuestra residencia habitual, que, muchas veces, carece de este tipo de equipamiento comunitario.
Lo cierto es que, según estimaciones de la OCU, este capítulo de gasto puede ascender hasta los 1.800 euros anuales.
Normalmente no supera los 50 euros anuales, aunque, en algunos municipios, como Alicante, resulta mucho menor. No obstante, en otros, como San Sebastián, a día de hoy la ciudad con las tasas más elevadas de todo el país, se llega a pagar hasta 194 euros por este servicio.
Aunque la vivienda se encuentre vacía buena parte del año, en la factura existen unos impuestos y tarifas fijas que se pagan, a pesar de que el consumo –como decíamos– sea nulo.
Con la llegada de este impuesto, será necesario declarar que somos propietarios de una segunda vivienda e incluso informar sobre los ingresos generados por su alquiler, cumpliendo así con las obligaciones relacionadas con los impuestos de la segunda vivienda.
También es muy común contar con una póliza que proteja la vivienda de cualquier incidencia que pueda surgir en ella. No en vano, es una práctica muy conveniente para una finca que se encuentra sin habitar la mayor parte del año.
Muchos propietarios deciden proteger su casa con un sistema de alarma, pues así disuaden no solo a los posibles ladrones, sino también a cualquier persona que desee ocupar el inmueble, aprovechando que se encuentra deshabitado.
Dicho todo esto, y con calculadora en mano, muchos se habrán sorprendido del coste que supone mantener una segunda residencia. Resulta obvio que nos encanta disfrutarla llegado el periodo vacacional, pero tampoco nos gusta derrochar dinero. En este sentido, te proponemos una serie de pautas que te ayudarán a sobrellevar su mantenimiento. Vamos con ellas:
Otra estupenda manera de economizar es decorar nuestra casa con muebles recuperados por nosotros mismos, que, además, le aportarán un toque diferente y personal. Ve poco a poco con su decoración y amueblamiento, sin prisas. De esta manera la disfrutarás aún más, ya que el proceso de convertirlo en nuestro retiro vacacional es de lo más estimulante.
En cualquier caso, si quieres sacarle todo el partido, busca una casa que no esté muy lejos de tu residencia habitual, para que puedas hacer uso de ella durante los fines de semana o cuando consideres y no solo durante el verano. Esa es la mejor manera de disfrutar de nuestro rincón alejado del mundanal ruido. Y si tienes la oportunidad de teletrabajar desde ella, ¡mejor que mejor! No habrá dinero mejor invertido si sirve para incrementar tu calidad de vida.