Pocas personas disponen de los ahorros suficientes para pagar íntegramente la compra de una casa. De hecho, el escenario más habitual es que tengamos que recurrir a la solicitud de una hipoteca. Si te encuentras en esta situación, es probable que te hayas preguntado qué clases de hipotecas existen y cuáles son sus ventajas. ¿Sí? Pues quédate y descúbrelo con nosotros.
Actualmente, podemos hablar de tres tipos de hipotecas: la variable, la fija y la mixta. Es cierto que la primera fue la más popular durante años, pero tras la crisis de 2008, han las hipotecas de tipo fijo se han consolidado como la opción preferida, ya que nos evita los vaivenes del euríbor y su consiguiente incertidumbre.
Como acabamos de ver, en los últimos años, han ganado terreno las hipotecas de tipo fijo. Los que apuestan por estos préstamos se ponen a salvo de cualquier variable que afecte a los tipos oficiales de interés, ya que siempre estarán pagando la misma cuota y, en consecuencia, esta nunca subirá. Sin duda, es perfecta para quienes no deseen sorpresas y busquen ante todo la estabilidad de sus finanzas.
Tampoco podemos pasar por alto que los expertos recomiendan esta clase de producto para quienes pretendan endeudarse durante un plazo corto que no supere los 20 años.
Además, desde el Gobierno central, con la nueva ley hipotecaria, se incentiva la conversión de las hipotecas variables en fijas a través de ciertos beneficios y rebajas, como, por ejemplo, los aranceles de notarios y registradores.
Las hipotecas de tipo variable dependen de las oscilaciones del euríbor. Actualmente este se sitúa en unos tipos muy bajos, pero durante la crisis inmobiliaria se disparó hasta unos niveles nunca vistos, lo que propició que muchas personas no pudieran atender el pago de las crecientes cuotas de sus hipotecas. Así y todo, a día de hoy, hay que tener en cuenta que el euríbor lleva años con los tipos en mínimos y sin previsiones de experimentar subidas en un futuro próximo.
Esta clase de préstamos supone una combinación entre las hipotecas de tipo fijo y las variables. En ellas, al cliente se le aplica un tipo estable durante los primeros años, pero, pasado ese tiempo, se optará por uno variable lo que reste de hipoteca.
Los expertos aseguran que las de tipo mixto son una buena elección en determinados casos. No obstante no abunda la oferta de esta clase de hipoteca, pues no todos los bancos la ofrecen.
En resumen, antes de decantarnos por una u otra hipoteca, debemos tener en cuenta nuestras circunstancias económicas, el tiempo para amortizar el préstamo y nuestro nivel de ahorro. Si valoramos todos estos factores y nos dejamos aconsejar por un experto, tendremos muchas más posibilidades de acertar en una decisión tan importante.
Si estás valorando solicitar una hipoteca te recomendamos que leas nuestro post sobre los seguros de vida vinculados a las hipotecas, donde encontrarás toda la información necesaria para solventar tus dudas.
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