Qué es un fideicomiso y quién es el fiduciario

Si has oído hablar de ellos pero no tienes claro qué significa fideicomiso y qué es un fiduciario, a través de esta guía vamos a explicarte el significado de ambos términos y qué papel desempeñan en la distribución de una herencia. ¡Toma nota!

Qué es un fideicomiso

En cuanto a qué es un fideicomiso, su definición la encontramos en el diccionario de la Real Academia Española (RAE):

• Se trata de una disposición por la cual un testador deja su hacienda, o parte de ella, encomendada a la buena fe de alguien.
• Y este último, en caso y tiempo determinados, debe transmitirla a otra persona o invertirla del modo en que se señale.

Así pues, un fideicomiso es una herramienta de sustitución hereditaria –también denominada sustitución fideicomisaria–. Expresado de una manera más sencilla:

• Es un acuerdo legal que facilita a una persona o entidad (el fideicomitente o causante) transferir sus bienes a un fiduciario.
• El fiduciario, como veremos en el siguiente apartado, se encarga de administrarlos en beneficio de una o varias personas o entidades (los beneficiarios o receptores finales).
• Y el acuerdo se formaliza en un contrato que establece las condiciones y los términos bajo los cuales se gestionarán los bienes.

Aunque ya han sido mencionadas, conviene aclarar que en un fideicomiso intervienen tres figuras: la llamada fideicomitente y los herederos directo e indirecto.

• Fideicomitente o causante. En definitiva, el testador, es la persona que deja sus bienes en herencia y quien determina cómo deben repartirse.
• Heredero fiduciario. Es el heredero directo (primer heredero) de la herencia del fideicomitente. Y el encargado de conservar los bienes y derechos para transmitirlos según lo dispuesto.
• Heredero fideicomisario. Se trata del heredero final o indirecto. Y, cuando así se haya establecido, recibe la herencia de manos del heredero fiduciario.

En resumen, el fideicomiso es una obligación compuesta: primero hereda el fiduciario, a quien se encomienda conservar una herencia; y, después, la transmite al heredero fideicomisario siguiendo la voluntad del fideicomitente.

Quién es el fiduciario

Por lo que respecta a la definición de fiduciario, si bien ya se ha hecho referencia a dicha figura, el diccionario de la RAE se refiere a él como el «heredero o legatario a quien el testador manda transmitir los bienes a otra u otras personas, o darles determinada inversión». Explicado de una forma más precisa:

• El fiduciario, heredero directo o primer heredero es la persona o entidad designada para administrar y gestionar los bienes del fideicomiso siguiendo las instrucciones del fideicomitente.
• Su cometido es esencial para asegurar que los bienes en fiducia se gestionen y sean traspasados al heredero fideicomisario de forma adecuada.
• Y tiene que regirse por unos principios básicos: velar por el interés del causante, administrar su patrimonio cuidadosamente, mantener este último separado del propio y ser meticuloso en el registro de los bienes.

Cómo se elige al fiduciario

En lo referente a cómo se elige al fiduciario, dicha designación, en función del contexto y las leyes aplicables, puede materializarse de distintas maneras. Pero, a grandes rasgos, el proceso es el siguiente:

1. Elección del fiduciario. En primer lugar, se selecciona a la persona o entidad que ejercerá el rol de heredero directo: una persona física de confianza (familiar o amigo) o una figura jurídica –por ejemplo, un banco fiduciario–.
2. Aceptación del fiduciario. Seguidamente, es fundamental que quien vaya a desempeñar la función de primer heredero acepte las responsabilidades que conlleva dicho papel.

En dicha elección, es crucial que el testador valore una serie de criterios antes de pronunciarse:

• Confianza. El fiduciario ha de ser una persona o entidad en la que se confíe plenamente.
• Capacitación. De igual manera, debe tener conocimientos o estar bien asesorado en la administración de bienes.
• Imparcialidad. Asimismo, el heredero directo tiene que obrar con ecuanimidad y atendiendo siempre a la voluntad manifestada por el fideicomitente.
• Disponibilidad. Y, por último, siempre estará disponible para cumplir con las responsabilidades del fideicomiso.

Contrato de fideicomiso

Una vez que el fiduciario acepta ser responsable de gestionar y traspasar los bienes del causante, se formaliza el contrato de fideicomiso. Mediante dicho documento, un fideicomitente confía los bienes en herencia al primer heredero para que los gestione y transfiera.

Tipos de fideicomiso

Por lo que se refiere a los tipos de fideicomiso, podemos diferenciar entre los siguientes:

• Condicional. El causante impone una condición para que, en caso de producirse, se active la transmisión del primer heredero al heredero final. Por ejemplo, el fallecimiento del fiduciario.
• A plazo. Como indica su denominación, se determina un periodo de tiempo para que se cumpla la voluntad del testador.
• Puro. En este supuesto, el fiduciario no está autorizado a disponer de los bienes en fideicomiso.
• De residuo. Se denomina así a una modalidad de sustitución fideicomisaria en la que el fiduciario tiene facultades de disposición. En este tipo de fideicomiso podría suceder que el heredero final no recibiese nada del fiduciario si, por diversas razones, este hubiera consumido el patrimonio antes de transmitirlo.
• Revocable. En este caso, el fideicomitente puede cambiar el fideicomiso en cualquier momento.
• Irrevocable. Y en este otro, una vez definido o tras el fallecimiento del causante, no hay posibilidad de modificar el contrato.

Ventajas del fiduciario

A la hora de gestionar una herencia, elegir un fiduciario aporta una serie de ventajas tanto para el fideicomitente como para los beneficiarios finales:

• Protección de la herencia. Un fiduciario protege y administra la masa hereditaria (patrimonio total de la herencia) antes de transferírsela al beneficiario del fideicomiso.
• Gestión y administración del patrimonio. Del mismo modo, garantiza que esa masa hereditaria se gestiona conforme al modo y/o el plazo precisados por el testador. Y se ocupa de administrarla si los herederos finales son personas menores de edad o están incapacitados.
• Previene conflictos. En no pocos casos, las herencias son motivo de conflictos entre los herederos. Una situación que puede evitarse al elegir un fiduciario.

Llegados a este punto, confiamos en haberte ayudado a comprender mejor qué es un fideicomiso y quién es el fiduciario. Como se ha comentado, el fideicomiso es una forma de sustitución de la herencia. Y no debe confundirse con el usufructo, a través del cual se concede el derecho de uso y disfrute de una vivienda. Un asunto del que nos ocupamos en un artículo dedicado a explicar qué es la nuda propiedad.

En lo relativo al fideicomiso, te aconsejamos buscar asesoramiento especializado. La ayuda de profesionales es primordial para que todas las partes interesadas entiendan en qué consiste, se redacte el contrato y se cumplan todos los requisitos legales.

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