Si compraste una propiedad hace unos años y piensas venderla, es posible que su valor sea inferior al que tenía cuando la adquiriste. Es lo que se conoce como depreciación. Si no estás familiarizado con él, en esta guía vamos a explicarte qué significa dicho concepto, por qué pierde valor una vivienda y qué tipos de devaluación existen. ¡Sigue leyendo!
En cuanto a qué es la depreciación, el diccionario de la Real Academia Española (RAE), al definir dicho término, se refiere a la «disminución del valor o precio de algo», ya sea en relación con el que antes tenía o comparándolo con otras cosas de su clase.
En el mercado inmobiliario, hablar de la depreciación de la vivienda es hacerlo de la pérdida gradual de valor de una propiedad como consecuencia de la antigüedad, la falta de mantenimiento y otros factores que detallaremos más adelante.
En el lenguaje coloquial, es habitual que algunas personas confundan los términos «amortización» y «depreciación». Sin embargo, como veremos a continuación, no son lo mismo:
En cualquier caso, conviene saber que las viviendas no siempre se devalúan. Así, su valor de mercado puede aumentar si se da una serie de condiciones. Entre ellas:
Entre otras cuestiones, todo ello se considera a la hora de hacer una tasación. Nos referimos a una metodología que permite calcular el valor de una vivienda. Y que, a la hora de vender una propiedad, tiene mucha más fuerza que el valor catastral que puede consultarse en la sede electrónica del Catastro.
Volviendo a la devaluación de un inmueble, existen diferentes tipos de depreciación que pueden afectar a una vivienda:
Pero lo mejor es que expongamos algunos ejemplos de depreciación. De esta forma se entenderá de una manera más didáctica cuáles son algunos de los factores que hacen que una vivienda pierda valor.
En definitiva, la depreciación afecta a la vivienda. Sin duda, el valor de un inmueble disminuye a causa de los factores enumerados. Por ese motivo, si se desea venderlo es imprescindible analizar su situación y estudiar cómo puede valorizarse. Por ejemplo, realizando algún tipo de reforma o rehabilitación.
En lo referente a cómo se calcula la depreciación anual de una vivienda a efectos contables, una de las fórmulas es dividir el valor total del inmueble entre su número de años de vida útil estimada. Dependiendo del país y las personas encargadas de realizar dicha evaluación, es posible calcular la depreciación utilizando métodos como los denominados de «línea recta» o de «depreciación acelerada».
No obstante, a efectos prácticos y de usuario lo que predomina es la tasación, los factores expuestos y la evolución tanto del mercado inmobiliario como de la economía. Todo ello, en conjunto, es lo que posibilita saber si una vivienda se ha depreciado o valorizado.
Porque, ¡no todas las propiedades se deprecian! Gracias a su ubicación, diseño, calidad, etc., muchas aumentan su valor y suponen una garantía tanto para sus habitantes como para quienes deciden invertir en el sector inmobiliario.
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