Cuando hablamos de arte decorativo, debemos tener en cuenta distintos elementos que van más allá de los cuadros y las piezas escultóricas son uno de ellos. Una opción ideal para decorar, pues existen numerosas opciones y estilos. Una forma diferente y original que te permitirá darle un aire sofisticado a tu casa introduciendo pequeñas piezas artísticas que aportarán personalidad a tus estancias.
La escultura es una disciplina artística que ha tenido un gran reconocimiento en todas las etapas de la historia. Desde la antigüedad ha ocupado un lugar importante en la decoración de interiores y exteriores. Si piensas en una pieza al azar, probablemente evoques la estética clásica, ya que las esculturas griegas y romanas tienen ejemplos tan icónicos como la Venus de Milo, o el David de Miguel Ángel. Sin embargo, la escultura tiene multitud de estilos, más allá de lo clásico. De hecho, puede concebirse una pieza con diferentes objetivos: contar una historia, evocar emociones o simplemente realzar un espacio aportando un toque de estilo.
Optar por una escultura como un elemento más de la decoración de tu hogar puede resultar una apuesta arriesgada, pero, si eliges los materiales, colores y espacio adecuados donde colocarlas, convertirás tus estancias en ambientes refinados y elegantes.
A la hora de elegir el tipo de escultura, tienes que tener en cuenta el estilo de decoración de cada espacio. Al ser una pieza de arte bastante llamativa es importante conservar el equilibrio y la armonía, ya que, de lo contrario, puede quedar un ambiente excesivo y recargado.
Los tipos más comunes de esculturas decorativa son:
-Estilo clásico: Suelen ser representaciones de figuras humanas. Son obras de arte que siguen la estética clásica y los materiales que más se emplean son el mármol y el bronce.
-Estilo contemporáneo: Dentro de este género, no hay un estilo artístico concreto. Es más, el tipo de escultura varía según la concepción que quiera darle el artista. Tampoco existe un material específico. Si eliges el estilo contemporáneo, deberás tener en cuenta los colores, el espacio y cómo combinar el resto de los objetos que se encuentran en esa estancia.
-Estilo étnico: este tipo de escultura puede ser de orígenes tan dispares como África, Oriente Medio, Asia, India o Hispanoamérica. Se caracteriza por su exotismo, colorido y calidez y sin duda aportará un toque único a tu hogar. Hablamos de elementos tan dispares como máscaras, vasijas o representaciones de figuras humanas o animales.
-Arte abstracto: Es la máxima representación de la libertad del artista. Las esculturas abstractas tienen un significado complejo a la hora de interpretarse y siempre es recomendable liberarse de una visión concreta. Deja volar tu imaginación y elige la que te evoque una sensación agradable, o aquella que te resulte más interesante. Si deseas alejarte de la decoración tradicional y dar personalidad a tus estancias, es la opción ideal para tu hogar.
Una escultura es una pieza decorativa que reclama mucho protagonismo, por lo tanto, debes tener en cuenta donde la vas a situar. Necesitas un lugar preeminente, que contribuya a darle personalidad a tu estancia, pero sin sobrecargar demasiado. Los mejores lugares son los espacios transitados como el salón, el recibidor o el pasillo.
El recibidor puede ser el lugar idóneo para colocar este tipo de piezas, ya que impactará a tus invitados desde el primer momento y les dará pistas sobre lo que encontrarán en el interior de tu hogar. Puedes colocar una pieza de tamaño pequeño encima de un mueble u optar por un pedestal para que luzca aún más.
Los pasillos son lugares de tránsito que no debemos descuidar cuando decoramos nuestro hogar. Con el estilo adecuado, podemos darles vida y convertirlos en un espacio digno de admirar. Si se trata de un pasillo largo y estrecho, podemos situar una escultura colgada en la pared al final del pasillo y destacarla con varios puntos de luz. Si, por el contrario, hay un espacio amplio, puedes combinar diferentes elementos decorativos con piezas escultóricas o colocarlas en baldas iluminadas de forma adecuada.
El salón es uno de los lugares donde más tiempo pasamos dentro de casa y en el que normalmente recibimos a nuestros invitados. Colocar una escultura en una esquina, cerca de un ventanal, o al lado de un sofá, reforzará el espacio y permitirá que se complemente con el mobiliario sin saturar la estancia. Además, si dispones de un comedor dentro de tu salón, puedes colocar una pequeña pieza en el centro de la mesa para destacar el conjunto.
En lugares íntimos como dormitorios o baños también podemos incluir esculturas para reforzar el carácter del lugar. Puedes elegir alguna que se identifique con tus gustos y tu personalidad e incluso que cuente alguna historia. O también puedes colocarla en la pared, sobre el cabecero de la cama si se trata de una pieza de grandes dimensiones, o en una esquina, donde no haya ningún elemento más para evitar que haya espacios vacíos.
Como ves, hay numerosas opciones, estilos, formas y tamaños que puedes combinar con otros elementos decorativos para crear conjuntos llenos de armonía y estilo. Y recuerda: ‘menos es más’, y, en la sencillez, está la esencia de la decoración.
Te puede interesar
Descubre obras arquitectónicas habitables