Muchos son los estilos entre los que puedes elegir para decorar tu casa, desde los más eclécticos a los más puros, pasando por los minimalistas, los industriales, los nórdicos y un largo etcétera. Todos diferentes, pero capaces de amoldarse a los gustos y necesidades de cada persona. Por eso, hemos decidido ir poco a poco y empezar con uno completamente atemporal: el estilo rústico. Es verdad que tiene tantos partidarios como detractores, pero para todo el mundo es sinónimo de un hogar acogedor.
El estilo rústico es uno de los estilos más utilizados en el interiorismo español y, en nuestro país, tiene su origen en las casas de campo señoriales en el S.XVIII, donde la madera noble era la gran protagonista. Aún así, debemos tener en cuenta que este estilo ha cambiado mucho desde entonces y se ha ido refinando y simplificando con el paso del tiempo, aunque ha conservado intacto su aire tradicional.
El objetivo de este estilo es que la vivienda respire naturalidad y la sencillez y, para conseguirlo, se prescinde de mobiliario metálico, tejidos sintéticos o plásticos. De hecho, los materiales naturales son su característica principal, ya que están en armonía con la naturaleza. Por eso, además de en el mobiliario, la madera está muy presente en vigas, puertas, escaleras, normalmente con su tonalidad natural, o con colores neutros y pintura a la tiza.
Otra de las características del estilo rústico es su simplicidad. Se utiliza poca ornamentación y se busca el carácter artesanal en los muebles y en el resto de elementos decorativos. Aquí, los materiales naturales son clave. No te compliques, opta por el lino, el algodón y la lana para los textiles y la cerámica, el ratán, el barro o el mimbre para las piezas decorativas.
Los colores más usados en el estilo rústico siempre remiten a la naturaleza como los azules, verdes y tonos cálidos que contrastan con una base blanca o cruda.
Dentro del estilo rústico existen distintas vertientes que se adaptarán a tus gustos y preferencias. El estilo rústico country, caracterizado por los colores blancos y tonos claros combinados con una paleta cálida para el mobiliario. Además, dentro del estilo country, nos encontramos con el estilo country romántico, que sigue la misma línea, pero incluye más elementos vintage en espacios luminosos.
Otra variante es el estilo rústico italiano, donde la piedra en baldosas y paredes y la madera de roble macizo en el mobiliario te transportarán hasta la Toscana. Pero aún hay más variantes, como el rústico mediterráneo, donde la luminosidad de los colores blancos con toques de colores intensos se combinan con la piedra y la madera para aportar calidez a los espacios. Y, sin salir de Europa, nos encontramos con el estilo rústico francés, conocido como provenzal. Un clásico de las revistas de decoración inspirado en la campiña francesa con un enfoque claramente romántico, gracias a sus muebles desgastados, sus colores en tonos pastel, sus pinceladas de color cálido y sus toques vintage en lámparas y espejos.
Por último, no podemos terminar sin mencionar dos conceptos muy distintos de la decoración rústica: el escandinavo, donde predomina el minimalismo, los materiales en crudo y la amplitud de los espacios; y el rústico inglés, donde el foco está puesto en la comodidad, con muebles sólidos y funcionales, colores cálidos y revestimientos de madera pintada o al natural.
El estilo rústico moderno es la evolución del rústico más clásico. Se inspira en la tradición del ambiente campestre, pero no necesitarás una villa en la provenza, porque funciona en cualquier tipo de casa. Si te animas a ponerlo en práctica, te dejamos aquí 5 consejos:
Si quieres que tu casa respire tradición, el estilo rústico es para ti.