En el ‘Día Mundial de la Salud’, os contamos cómo afecta el entorno a nuestro estado de ánimo, en qué medida puede provocarnos sensaciones positivas y cómo podemos conseguir que las estancias de nuestro hogar sean agradables y saludables. Y es que la decoración y el interiorismo de nuestro hogar deben ir más allá de la estética. Teniendo en cuenta la limpieza y el orden básicos, los colores, materiales y texturas. La iluminación, la acústica de los espacios o el estilo serán claves para el bienestar en nuestro hogar. De hecho, hay una disciplina, la neurociencia, que investiga la respuesta del cerebro a los espacios y cómo afecta la decoración a nuestra salud.
Un hogar que proporciona bienestar y es saludable empieza por el orden y la limpieza. Acumular objetos o amontonarlos provoca ansiedad y malestar. Pasa exactamente lo mismo con las zonas estrechas o con el mobiliario antiguo. Los espacios organizados hacen que nuestro cerebro se sienta relajado y tranquilo y contribuyen a la concentración y el descanso.
Mantener el orden es beneficioso para la salud y por eso, cuando organizamos la casa, es posible sentir que de algún modo nuestra vida también se organiza. La paz mental que provoca la organización y la limpieza es real y nos ayuda a combatir el estrés.
Una práctica muy recomendable es la ventilación. Tras la pandemia de COVID-19 hemos aprendido la importancia de este gesto para purificar el aire en el interior de las estancias. Elimina el mal olor y refresca el ambiente generando un clima de bienestar apropiado y saludable.
Así pues, a pesar de que la rapidez y ocupación de la vida actual puede impedirnos ser todo lo pulcros que nos gustaría, es vital buscar algo de tiempo para la planificación de las tareas del hogar e ir realizándolas poco a poco.
Los espacios amplios activan en el cerebro las áreas destinadas a la exploración visual provocando un estado mental relajado y agradable. Sucede todo lo contrario en las estancias pequeñas que nos hacen sentir atrapados. La amplitud en las habitaciones de un hogar genera en la mente sensación de placer y calma que reduce el estrés.
Renovar el mobiliario o cambiar su disposición ofrece una sensación de control y de nuevo comienzo, muy positiva para nuestra salud. Si los muebles de nuestro hogar se han quedado anticuados o están estropeados, lo mejor es reacondicionados, restaurarlos y retapizarlos. Esto es especialmente importante en elementos como el sofá, que tienen una durabilidad limitada y deben ser reparados o reemplazados cuando dejen de ser confortables.
Todo nuestro entorno envía un mensaje a nuestro cerebro y es éste el encargado de descifrar cómo nos sentimos. Aspectos como la iluminación, la acústica, los colores, los materiales y las texturas tienen mucho que decir y aportar a la confortabilidad de nuestro hogar y son imprescindibles para configurar un espacio perfecto para nuestro bienestar.
La luz, sobre todo la natural, mejora el modo en el que observamos las cosas. Si contamos con grandes ventanas es recomendable aprovechar la iluminación exterior para crear ambientes agradables con luz suave. Si hablamos de luces artificiales hay que evitar deslumbramientos y daño en la vista y, para ello, las luminarias tenues son ideales. También podemos optar por bombillas que cambian de color e intensidad a través de un mando o una aplicación de móvil y adaptar la intensidad a las necesidades de cada momento. Aquí te dejamos algunos consejos para mejorar la iluminación de tu hogar.
La ausencia de ruidos molestos será vital para lograr una sensación de bienestar dentro de nuestra casa. ¿Te imaginas realizar un gran esfuerzo para crear espacios armónicos en tu hogar y encontrarte con que la acústica es mala? Que hay reverberación y eco, que nos llega el ruido del tráfico exterior o que se oyen las carreras y pasos de la planta superior. Hay que mitigar los sonidos externos y evitar los internos. Cortinas, alfombras, tapices y elementos como sofás y cojines contribuyen a crear una buena acústica en casa. (Y sii quieres saber más, no te pierdas este post).
Rodearse de vegetación en casa es clave para lograr un buen ambiente. Las plantas, además de ser un elemento estético, tienen efectos muy positivos: amortiguan el ruido, limpian el ambiente y ofrecen bienestar emocional y relajación. Las plantas, vivas o decorativas, el papel pintado de motivos naturales y los cuadros y esculturas con escenas de naturaleza ayudan a crear un remanso de paz en nuestro hogar.
Según la ciencia sentimos los colores y cada uno de ellos tiene una potente influencia sobre nosotros, incidiendo en nuestro estado de ánimo. Los tonos claros aportan sensación de amplitud, nos calman y ofrecen una limpieza visual beneficiosa. Los tonos vivos, por el contrario, nos recargan de energía. Por tanto, crear la atmósfera deseada es posible a través de los colores, aplicados en paredes, mobiliario, elementos decorativos y accesorios.
El mobiliario, los tejidos y los elementos decorativos naturales como la madera, el algodón o el yute nos hacen sentir mayor confort y crean sensación de contacto con la naturaleza. Pueden generar ambientes relajados y en calma que aportan felicidad. A este respecto, debes tener en cuenta que el contacto con la madera natural es capaz de disminuir nuestra presión arterial y hasta su olor tiene efectos beneficiosos para nuestra salud.
Hay diversos estilos decorativos que apuestan por el equilibrio y la armonía, configurando ambientes agradables que ayudan a crear un hogar lleno de energía y paz espiritual.
En esta línea, una tendencia decorativa actual es la biofilia que apuesta por la conexión con la naturaleza. Es una apuesta por la integración de elementos naturales en la arquitectura y la decoración de interiores para conseguir ambientes positivos y agradables en los que sea más fácil ser más felices.
Por su parte, la limpieza visual del minimalismo cálido, con sus tonos claros y líneas rectas, refuerza esa sensación de orden que es vital para el descanso y el relax de nuestra mente, mientras que el estilo rústico, muy en consonancia con la naturaleza, permite crear estancias familiares y confortables realmente acogedoras.
Como has visto, la armonía de nuestro entorno más cercano es primordial para vivir en un hogar saludable, un espacio que nos haga felices, más allá de su propia función de lugar habitable. Para ello debe ser la expresión de nuestra personalidad; debemos identificarnos con nuestra casa y sentirnos confortables y acogidos.
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