El Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) trae de cabeza a muchos propietarios, sobre todo porque en ciertos municipios de España suele ser extremadamente alto y, en definitiva, en función de dónde vivamos podemos acabar pagando más o menos. Si quieres saber cómo se calcula el IBI de una vivienda, te lo contamos enseguida.
En primer lugar vamos a definir el concepto: estamos ante un tributo cuya recaudación compete a las entidades locales y con el que se grava la titularidad y otros derechos reales de los inmuebles, con independencia de que sean rústicos o urbanos.
Lo cierto es que, como ya te hemos adelantado, podemos encontrar importantes diferencias entre la cuantía del IBI de un Ayuntamiento a otro, no se paga el mismo IBI en Madrid que en Barcelona. Tanto es así que existe una lista que nos detalla qué municipios españoles cuentan con el IBI más caro de toda España, entre los que, actualmente, Boadilla del Monte seguida de Pozuelo de Alarcón encabezan la clasificación.
Que este gravamen sea más o menos caro depende del valor catastral del inmueble en cuestión y para su fijación se tiene en cuenta el valor del suelo y el de la construcción. Nunca hay que confundirlo con el precio de tasación ni el de mercado.
El cálculo de este valor corresponde al Catastro, aunque los ayuntamientos tienen potestad para solicitar que se efectúen actualizaciones periódicas de los valores a través de una nueva ponencia de valores. También pueden dirigirse al Ministerio de Hacienda y pedirle que establezca unos coeficientes correctores.
Posteriormente cada ayuntamiento aplica un porcentaje sobre el valor catastral de cada inmueble que le servirá para calcular el IBI. Estos coeficientes los recoge la Ley de Haciendas Locales (LHL) y conviene destacar que es el Ayuntamiento el que se decanta por uno u otro porcentaje.
No obstante, el IBI de una vivienda puede estar sujeto a determinadas bonificaciones como las que exponemos a continuación:
Por supuesto, también se contempla una serie de supuestos en los que se exime del pago del IBI. En concreto, la LHL nos habla de los siguientes:
Por último, si queremos conocer al detalle cómo funciona este gravamen, debemos remitirnos a los artículos 60 a 77 de la ya citada Ley Reguladora de Haciendas Locales, además de a las diferentes ordenanzas fiscales locales. No hay que pasar por alto la Ley de Catastro Inmobiliario y Ley General Tributaria pues también se ocupan de ciertos aspectos de la regulación del impuesto.